jueves, 13 de agosto de 2020

Impresión de la irrealidad

Acostumbrado a las nuevas tecnologías basadas en la síntesis —en las que el WhatsApp sustituye a la conversación telefónica o el libro electrónico al libro impreso—, el espectador educado en los fragmentos de películas que contempla en YouTube presenta dificultades de concentración ante un largometraje narrativo de noventa minutos. Por este motivo, la duración de las tomas del cine contemporáneo es cada vez más corta y, en la puesta en escena, el primer plano predomina sobre el general. 


La mirada del público está cada vez más dirigida hacia un espectáculo en el que las sensaciones predominan sobre las reflexiones y las sombras eclipsan la realidad. No por casualidad el género actualmente hegemónico es el fantástico, un universo poblado por seres virtuales que viven en otras galaxias (Star Wars) o mundos arcaicos (Lord of the Rings) y salvajes (Avatar), en los que impera la magia (Harry Potter), las opciones filosóficas se reducen al blanco o negro (Matrix) y los personajes son mutaciones de los patrones humanos (Terminator, Spiderman). Si el cine nació como una progresión tecnológica que dotaba a la fotografía de un movimiento que aumentaba la impresión de realidad, el digital nos acerca a otros mundos inmateriales y físicamente inaccesibles.


Esteve Riambau, Director de la Filmoteca de Catalunya