(…) saludo aquí a un género literario tan travieso y descarado, tan iconoclasta y valiente (quizá por inconsciencia), que no puede repetirse, como un juego de magia cuando ya te han enseñado el truco.
Un castillo de fuegos artificiales, fulgurantes y fugaces; un género que en este libro tan breve que parecería modesto, y tan desenvuelto que es único, aquí empieza y acaba.
Ignacio Vidal-Folch, Inventarse todo, o el genio de Enrique Vila-Matas
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