Las frases que se repiten
Ya les he dicho, a propósito de El ángel exterminador, cuánto me atraen las acciones y las frases que se repiten.
Estábamos buscando un pretexto para una acción repetitiva, cuando Silberman nos contó lo que acababa de ocurrirle.
Invitó a varias personas a cenar en su casa, un martes por ejemplo, olvidó hablar de ello a su mujer y olvidó que ese mismo martes tenía una cena fuera de casa. Los invitados llegaron hacia las nueve, cargados de flores. Silberman no estaba, Encontraros a su mujer en bata, ignorante de todo, cenada ya y disponiéndose a meterse en la cama.
Luis Buñuel sobre El discreto encanto de la burguesía (Le charme discret de la bourgeoisie, 1972)
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