lunes, 22 de diciembre de 2025

Cuento de navidad. La mudanza

Fui a por mis cosas. Marta había sacado mi ropa del armario y la había colocado sobre la cama con el mismo mimo que si todavía fuera mi mujer. Junto a la ventana había dejado la maleta grande, la de los viajes largos. Me dio pena ver la maleta.

Me entretuve con el cajón de la mesilla de noche, también buscando algún libro que llevarme cuando hacía años que no abría un libro. Decidí dejarlo todo, metí la ropa en la maleta y la que no cabía la metí en una bolsa de basura.

Me paseé por la casa buscando algo que fuera mío, pero me di cuenta que nada era exclusivamente mío, aunque algo debía de haber tras casi veinte años viviendo en esa casa.

Cuando ya tenía la maleta cerrada y estaba metiendo en un neceser las cosas del baño llamaron a la puerta. Pensé, justo antes de abrir, que hacía años que yo no abría a nadie la puerta. 

Abrí.

Una pareja muy joven me miraban con timidez, el chico fue el primero en hablar.

—  Disculpe, ¿Es usted Luis Ibáñez?

No sabía qué decir, ¿por qué aquellos dos veinteañeros preguntaban por mí?

—  ¿Quiénes sois?

La chica sonrió. Tenía una cara graciosa que me recordaba a alguien.

—  Disculpe — volvió a decir—  somos nosotros.

La luz del portal se apagó dejando a la pareja en la semioscuridad.

—  ¿Vosotros?
—  Sí — dijo la chica mientras pulsaba el interruptor, y volvía a sonreír—  nosotros, Luis y yo.

Me dio un vuelco el corazón, los miré con detenimiento, aquellos dos jóvenes se parecían a Marta y a mí. ¿Qué estaba pasando? Solté el neceser que golpeó el suelo de forma dramática y les pregunté directamente.

—  ¿Venís de las navidades del pasado?

La chica me miró divertida y el chico puso cara de no entender nada.

—  ¿Del pasado?
—  ¿No venís a buscarme?
—  Eh... sí, pero no venimos del pasado.
—  ¿Entonces? ¿de las navidades del futuro?
—  En realidad nos manda Marta.

El corazón volvió a darme otro vuelco, la navidad nos daba otra oportunidad, todo volvía a su cauce, estaba seguro de que la Marta de veinte años me había perdonado.

—  ¿Os manda Marta desde las navidades del pasado?
—  Nos manda desde su oficina. Venimos a ayudarle con la mudanza.

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