Me gustan estas paredes blancas y me gusta el frío.
En realidad, el frío me fascina tanto que he llegado a pensar que dice la verdad sobre la esencia de la vida. Detesto el verano, el sudor de las suegras despatarradas por las arenas del circo de las playas, los arroces al sol, los pañuelos para el sudor.
Me parece que el frío es muy elegante y se ríe de una manera infinitamente seria. Y el resto es silencio, vulgaridad, hedor y gordura de caseta de baño.
Me fascinan los copos suspendidos en el aire. Amo las ventiscas, la espectral luz de la lluvia, la azarosa geometría de la blancura de las paredes de esta casa.
Me gusta pensar en la palpitación del agua bajo el hielo.
Enrique Vila-Matas, Catálogo de ausentes
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