Sobrevivimos milagrosamente a causa de circunstancias azarosas.
Tanto como la foto que me mostró hace dos días mi hermana de una fiesta en un pueblo catalán donde se reunieron dos familias a causa de una boda. Allí se conocieron mis abuelos maternos. Si no se hubiera dado esta fiesta, yo no existiría.
Surgimos absurdamente y si seguimos con vida es porque o no hemos conseguido quitárnosla, o porque no nos la han quitado o porque hemos logrado encontrar la alegría de Von Biberach o de Kafka.
Enrique Vila-Matas: Soy el que se desconoce (por Fernando del Val)
No hay comentarios:
Publicar un comentario